Cierra los ojos. Deja por un segundo que todo te envuelva
Como tener la mesa de estudio llena de folios escritos de
fórmulas que entraban en aquel examen de Mates, con olor a grafito y pizquitas
de goma Milán. Desorden que te invade. Dulce desorden.
La luz del flexo fría quiere ser apagada, que entran los
mosquitos de esta pegajosa primavera que
se ha convertido en sin quererlo ya verano.
Eres como una mezcla de todo lo que has vivido. Te voy
conociendo, como siempre, poco a poco, y nada, ni la mínima gota de sudor te
pertenece, no has tenido la suerte de inventarlo.
Grumoso -mix de todo lo que has escuchado, aprehendido y
bien guardado. No dejas traslucir tu esencia, esa que anda tan perdida.
Espontaneidad aprendida.
Pero dime, ¿qué de lo que tanto dices te pertenece?
Anécdotas mil veces ya repetidas, ¿y quién si no tú para
dejar de ser interesante?
Aprende de mi hoy que, para gustarme no quiero saberlo TODO.
Original melena anticuada, rebeldía cruzada.
M. F