miércoles, 22 de diciembre de 2010

Bicicleteria.


Sonaba bien aunque me tropezara con las silabas o tuviera que pensarlo muy bien antes de decirlo.
Bicicleteria.
Libros, luz cálida, garabatos en los rincones, recortes viejos de revistas, velas que iluminaban sacos de azúcar intentando hacer arte, guiris, bicis y ellas…
Unas andaban distraídas con mitología griega y romana,
Otras pensaban en piedras que se hacían diamantes
Se hablaba de un estreno de una obra de teatro sobre “la voz interior”
Incluso búhos presenciaron la escena.
Bicis y ellas…



M.F

.menos mal que nos quedan los silencios.

No es fácil; las palabras se nos caen,
nos dejan indefensos
cuando hacen más falta, en los momentos
en que tiemblan los hombros
y tragamos saliva y no sabemos
dónde meter los ojos ni qué hacer
con todos esos pies que nos han dado.

No ayudan demasiado: las traemos
tan usadas y oídas,
tan vacías y frías, las palabras...
No nos llevan muy lejos.
Definitivamente. No te extrañe
que a veces ni me tome el trabajo de buscarlas;

eso
no me sirve de nada contra algunos
digamos accidentes:
tu lógica implacable y tus premisas,
tus disfraces y huidas, por ejemplo.

Si las manos hablaran, si en las manos
los dedos, si los dedos...

No es fácil, ya lo has visto. Me pregunto
si sabes lo que callo, si comprendes
todo lo que no digo, lo que duerme. No espero,
no quiero, que contestes; te conozco,
y además ya estoy harto de palabras,
busco un nuevo dialecto.

Si las manos hablaran,
si en las manos los dedos, si los dedos...

No es sencillo. No creo en lo que digo,
ni en lo que dices tú.
Tú tampoco te fíes de lo que estás oyendo
ahora, en este instante:
ni siquiera es mentira, no nos sirve. No es fácil.
Menos mal que nos quedan los silencios.

(Del libro Travesía)

NUESTROS PROBLEMAS CON LA LECTURA

Dice su nombre, oculta su apellido;
Dice que hace dos días que no lee,
salvo, acaso, algún verso
y de arte menor, muy poca cosa.

Todo empezó muy pronto;
al cumplir cinco años le entregaron
sus dos primeros libros:
las vidas noveladas e ilustradas
de Fray Escoba y de David Crockett.
Los leyó varias veces, no creía
que aquel acto tuviera mayores consecuencias:
era igual que jugar a la pelota
o que hacer puntería con las piedras
o ir a ver los trenes.

El resto se lo pueden figurar;
si están aquí conocen ya la historia:
luego llegan Salgari, Julio Verne y Stevenson,
y de ahí hasta el Quijote hay apenas un paso.
Sólo su abuela le avisaba entonces:
"que no puede ser bueno, tantas horas…
que te dejas la vista, que verás la cabeza…".
Y él cerraba el libro dos minutos
para luego perderse de nuevo entre sus páginas.

Y así ha llegado a estar como ahora está,
como yo,
como ustedes, supongo.
No paró de decir durante años
que podría dejarlo fácilmente,
con sólo proponérselo,
pero ha de admitir que se engañaba.

Comenzó a darse cuenta del problema
cuando vio que llegaba tarde a todo
por decir esta página es la última,
o por entrar en una librería
de las que siempre acechan en todos los caminos.

Cada vez que llegaba a una ciudad,
se perdía en las calles más estrechas
en busca de covachas polvorientas -o templos-
que albergaban volúmenes antiguos,
de saldo, intonsos, raros, de segunda mano…

Y perdía también los autobuses
ante un escaparate.
Y perdía los días, los amigos,
las primaveras todas, los otoños.
Y él mismo se perdía
por tierras fabulosas
y entre vidas soñadas hace tiempo.

A veces, por la noche,
se ponía a buscar bibliotecas de guardia,
librerías de urgencia
que aliviaran su angustia.

Lo ha intentado con tinta de periódico,
pero no huele igual.
Trató de destilar sus propios versos,
pero no es suficiente.
Escribe tan despacio. Son tan pobres.

Supo, por fin, que había que dejarlo.

Y lleva ya dos días sin leer;
bueno, sólo algún verso, por las noches,
y de arte menor, muy poca cosa




Tinta China, Revista de Literatura.Juan Frau

martes, 21 de diciembre de 2010

domingo, 19 de diciembre de 2010

.

La noche es un jardín narcotizado
con esencias de alquimia y sombra helada
y tu infancia una estrella disecada
en el taller de niebla del pasado
.








fbr

sábado, 18 de diciembre de 2010

No digas que, agotado su tesoro,
de asuntos falta, enmudeció la lira;
podrá no haber poetas, pero siempre
¡habrá poesía!

Mientras las ondas de la luz al beso
palpiten encendidas;
mientras el sol las desgarradas nubes
de fuego y oro vista;
mientras el aire en su regazo lleve
perfumes y armonías;
mientras haya en el mundo primavera,
¡habrá poesía!

Mientras la ciencia a descubrir no alcance
las fuentes de la vida,
y en el mar o en el cielo haya un abismo
que el cálculo resista;
mientras la humanidad, siempre avanzando,
no sepa a dó camina;
mientras haya un misterio para el hombre,
¡habrá poesía!

Mientras sintamos que se alegra el alma,
sin que los labios rían;
mientras se llore sin que el llanto acuda
a nublar la pupila;
mientras el corazón y la cabeza
batallando prosigan;
mientras haya esperanzas y recuerdos,
¡habrá poesía!

Mientras haya unos ojos que reflegen,
los ojos que los miran;
mientras responda el labio suspirando
al labio que suspira;
mientras sentirse puedan en un beso
dos almas confundidas;
mientras exista una mujer hermosa,
¡habrá poesía!


G.A.B

martes, 14 de diciembre de 2010

La distancia más corta entre dos puntos
es la Música.

platón, in memoriam

Las ideologias has sido sustituidas
por la tecnología...

Y las ideas..
ah!las brillantes ideas..
ésas brillan por su ausencia.
La poesía no nace,
o se hace,
o dejas que te cace,

No hay otra.
Si no es así,
la poesía simplemente pace.
La realidad es un sueño de gigantes y molinos.

Don quijote fue el primer surrealista,
Sancho, el primer realista,
y Miguel de Cervantes,
el primer y último superviviente,
de su irreal
especie.




AUTE.

lunes, 13 de diciembre de 2010

..a partir de esta noche,,
tendremos el honor de ser
cuestionadas por el señor neruda.
Podriamos comentarlas
y ver que sale.
Hoy , empezamos por el principio.
PD:
se admite pulpo como animal de compañía.
¡¡dejad que vuele la imaginación
con sus preciosas alas blancas!!

Mañana más,
y mejor.
Como siempre.


I
Por qué los inmensos aviones
No se pasean con sus hijos?
Cuál es el pájaro amarillo
Que llena el nido de limones?
Por qué no enseñan a sacar
Miel del sol a los helicópteros?
Dónde dejó la luna llena
Su saco nocturno de harina?
El poeta es un fingidor.
Finge tan completamente,
que llega a fingir que es dolor
el dolor que de veras siente.


Fernando Pessoa.

Now

Now
Say nay,
Man dry man,
Dry lover mine
The deadrock base and blow the flowered anchor,
Should he, for centre sake, hop in the dust,
Forsake, the fool, the hardiness of anger.

Now
Say nay,
Sir no say,
Death to the yes,
the yes to death, the yesman and the answer,
Should he who split his children with a cure
Have brotherless his sister on the handsaw.

Now
Say nay,
No say sir
Yea the dead stir,
And this, nor this, is shade, the landed crow,
He lying low with ruin in his ear,
The cockrel's tide upcasting from the fire.

Now
Say nay,
So star fall,
So the ball fail,
So solve the mystic sun, the wife of light,
The sun that leaps on petals through a nought,
the come-a-cropper rider of the flower.

Now
Say nay
A fig for
The seal of fire,
Death hairy-heeled and the tapped ghost in wood,
We make me mystic as the arm of air,
The two-a-vein, the foreskin, and the cloud.



Ahora
di no;
hombre, seco hombre,
amante seco mío.
La base en roca muerta, y golpe en el ancla en flor,
debería él,por causa de centro, brincar en el polvo,
olvidar, el muy loco, la dureza de la ira.

Ahora
di no;
el Sr. no decir,
muerte al sí.
El sí a la muerte, el síseñor y la respuesta,
debería él, que dividió a sus niños con un remedio
tener sin hermano a su hermano en sierra de mano.

Ahora
di no;
no decir señor;
empero los muertos se agitan,
y esto, no esto, es penumbra, grajo en tierra,
tumbado con la ruina en la oreja,
marea de gallo lanzandose desde el fuego.


Ahora
di no;
así el caer de estrella,
así la bola falla,
disuelve así el místico sol, la esposa de la luz,
el sol que salta sobre pétalos a traves del cerro,
cabalga a la cosecha, jinete de la flor.

Ahora
di no;
un higo para
el sello de fuego;
muerte de piloso talón, oculto fantasma del bosque,
me hacemos místico, cual brazo de aire,
de dos en venas, piel de prepucio y nube.


Dylan Thomas

A tí, que sé que es tu preferida

Te pintaré solitaria
en la urna imaginaria
de un daguerrotipo viejo,
en el fondo de un espejo,
viva y quieta
olvidando a tu poeta.


A. Machado

Notas antiguas de hilos musicales desprendía la caja de madera
Sonaba alegre  al rozar las teclas amarillentas.


Ahora, escuchen su historia…

 Mussard;  París
Su vida empezó en un sonado cabaret, donde parisinos ahogaban sus penas y pasaban la nuit acompañados de plumas, y abundantes vasos de whiskys al son del bullicio francés, cada noche, desprendía una divertida melodía.
Cada noche,
 todos los días,
 inmerso en la vie bohéme.
María Fuentes.


domingo, 12 de diciembre de 2010

Calendario Pirelli 2011.





La forma humana de la belleza



pour belin.

un peu d'art en un dimanche blanc

Pour Eu





Pour Rosell:



Pour Anne









Pour Mewy

Rilke

de nuevo...

(...)
Realmente es extraño ya no poder habitar más la tierra,
dejar para siempre de practicar unas costumbres apenas aprendidas;
no dar a las rosas ni a las otras cosas que de suyo
eran ya una promesa, la significación de un futuro humano;
no ser más lo que se era en unas manos infinitamente angustiadas,
y tener que desprenderse aun del propio nombre
como quien arroja lejos de sí un juguete roto.
Extraño no seguir deseando los deseos. Extraño,
ver todo aquello que nos concernía como flotando
suelto en el espacio. Y penosa la tarea de estar muerto,
penoso ese recobrarse plenamente, hasta llegar a sentir poco a poco
una huella de eternidad. Pero todos los vivos
cometen el error querer diferenciarcon demasiada nitidez.
Los ángeles (se dice) no saben a menudo si se mueven
entre los vivos o entre los muertos. La eterna corriente
arrastra consigo, a tarvés de los dos reinos, todas las edades,
y sobre ambos se extiende, acallandose, el poderío de su voz

Al fin no necesitan de nosotros los tempranos arrebatados,
apacibles van perdiendo el habito delo terrenal, como el niño
que ya no muestra apego por el pecho de su madre. Pero nosotros
que tenemos necesidad de tan grandes misterios, pues de la tristeza
brota a menudo el bienaventurado progreso, - ¿ podriamos ser sin ellos?
No en vano nos dice la leyenda cómo antaño, en el lamento por Linos,
la música primera osó penetrar la seca e insensible rigidez;
entonces, en el espacio atónito que un adolescente casi
semejante a un dios abandonó de súbito para siempre, el vacío
se llenó de aquella vibración que ahora nos arrebata, consuela y ayuda.





Y con esto, madmoiselle Rosell termina su huelga.

sábado, 11 de diciembre de 2010

ME DECLARO OFICIALMENTE EN HUELGA HASTA QUE LA FILÓLOGA DE SEÑALES DE VIDA.
AMÉN.

domingo, 5 de diciembre de 2010

Obra de Teatro El Inspector

Una comedia de enredos que describe el comportamiento de la sociedad

Gran inquietud cunde entre las autoridades de un pueblo ruso, alejado de las grandes ciudades, con el anuncio de la llegada de un funcionario del gobierno para una revisión de las actividades públicas, ya que pondría al descubierto fraudes y corrupciones. Es así que, creyendo que era el inspector visitante, el pueblo recibe con todo tipo de privilegios a un joven que llega a la localidad, bienvenida que el desconocido aprovecha hasta que se descubre el error. Una comedia de enredos que describe el comportamiento de la sociedad.
        
"El inspector” de Nicolás Gógol (1809 - 1852) es la obra fundamental de su teatro. Una divertida sátira donde la corrupción acapara la atención absoluta del autor, presentándola de manera descarnada, sin sutilezas. Escrita en 1836 se convirtió después de su estreno en un éxito que dividió a la sociedad de su tiempo. El argumento fue tratado por el dramaturgo como una típica "comedia de errores".

La acción transcurre en un pequeño pueblo que ve amenazadas sus estructuras de corrupción ante la llegada inesperada de un inspector. Gógol construye la trama de su obra a través de un grotesco desfile de personajes, tan graciosos como peligrosos; que se convirtieron, gracias a su maestría, en ejemplos contundentes de la estupidez humana.


sábado, 4 de diciembre de 2010

and I ask...





I want your answer...

miel.

Entra y sale
del carmín, del azul,
del amarillo,
de la más suave
suavidad del mundo:
entra en
una corola
precipitadamente,
por negocios,
sale
con traje de oro
y cantidad de botas
amarillas.

Perfecta
desde la cintura,
el abdomen rayado
por barrotes oscuros,
la cabecita
siempre
preocupada
y las
alas
recién hechas de agua:
entra
por todas las ventanas olorosas,
abre
las puertas de la seda,
penetra por los tálamos
del amor más fragante,
tropieza
con
una
gota
de rocío
como con un diamante
y de todas las casas
que visita
saca
miel
misteriosa,
rica y pesada
miel, espeso aroma,
líquida luz que cae en goterones
hasta que a su
palacio
colectivo
regresa
y en las góticas almenas
deposita
el producto
de la flor y del vuelo,
el sol nupcial seráfico y secreto!
Zumban
sonoros
números
que trabajan
el néctar,
pasan
veloces
gotas
de ambrosía:
es la siesta
del verano en las verdes
soledades
de Osorno. Arriba
el sol clava sus lanzas
en la nieve,
relumbran los volcanes,
ancha
como
los mares.
Sí:
que la cera levante
estatuas verdes,
la miel
derrame
lenguas
infinitas,
y el océano sea
una
colmena,
la tierra
torre y túníca
de flores,
y el mundo
una cascada,
cabellera,
crecimiento
incesante
de panales!

Neruda.

capitulo.7.

Toco tu boca, con un dedo toco el borde de tu boca, voy dibujándola como si saliera de mi mano, como si por primera vez tu boca se entreabriera, y me basta cerrar los ojos para deshacerlo todo y recomenzar, hago nacer cada vez la boca que deseo, la boca que mi mano elige y te dibuja en la cara, una boca elegida entre todas, con soberana libertad elegida por mí para dibujarla con mi mano en tu cara, y que por un azar que no busco comprender coincide exactamente con tu boca que sonríe por debajo de la que mi mano te dibuja.

Me miras, de cerca me miras, cada vez más de cerca y entonces jugamos al cíclope, nos miramos cada vez más de cerca y nuestros ojos se agrandan, se acercan entre sí, se superponen y los cíclopes se miran, respirando confundidos, las bocas se encuentran y luchan tibiamente, mordiéndose con los labios, apoyando apenas la lengua en los dientes, jugando en sus recintos donde un aire pesado va y viene con un perfume viejo y un silencio. Entonces mis manos buscan hundirse en tu pelo, acariciar lentamente la profundidad de tu pelo mientras nos besamos como si tuviéramos la boca llena de flores o de peces, de movimientos vivos, de fragancia oscura. Y si nos mordemos el dolor es dulce, y si nos ahogamos en un breve y terrible absorber simultáneo del aliento, esa instantánea muerte es bella. Y hay una sola saliva y un solo sabor a fruta madura, y yo te siento temblar contra mi como una luna en el agua.





La RAE define poesía como “manifestación de la belleza o del sentimiento estético por medio de la palabra, en verso o en prosa”. Así pues, el capítulo 7 de Rayuela es poesía: Cada coma desempeña la función del bisturí que disecciona un verso del siguiente (y cada punto parece marcar el final de cada estrofa).

Una vez desmembrado el texto en formato poema, su lectura nos transportará al delicioso, sutil y sensual viaje entre dos bocas que buscan besar y ser besadas (tras un marco estético y rítmico sin igual).

Con la extraña Rayuela, Julio Cortázar (1914-1984) marcó un antes y un después en el espectro literario de la época. Agitador de generaciones, consiguió hacer de la experimentación literaria un nuevo género único e inimitable

viernes, 3 de diciembre de 2010



BLANCO
BLANCO AUSENTE
BLANCO AUSENTE Y MANCHADO

SILENCIO
SILENCIO ALBOROTADO
SILENCIO ALBOROTADO Y TACHADO

NADA
NADA SECUESTRADA
NADA SECUESTRADA Y DOLIDA

ESPACIO
ESPACIO RESERVADO
ESPACIO RESERVADO Y SOMBRÍO

AIRE
AIRE SUCIO
AIRE SUCIO Y OSCURO

BLANCO PAPEL
SILENCIO EL MIO
NADA DIGO
ESPACIO OCUPADO
AIRE EL QUE RESPIRO.


María Fuentes.

jueves, 2 de diciembre de 2010

¿Miseria de la poesía?

La lenta concepción de una metáfora
o bien ese temblor que a veces queda
después de haber escrito algunos versos
¿justifican una vida? Sé que no.
Pero tampoco ignoro que, aun no siendo
cifra de una existencia, esas palabras
dirán que quien dispuso su armonía
supo ordenar un mundo. ¿Y eso basta?
Los años van pasando y sé que no.
Hay algo de grandeza en esta lucha
y en cierto modo tengo
la difusa certeza de que existe
un verso que contiene ese secreto
trivial y abominable de la rosa:
la hermosura es el rostro de la muerte.
Si encontrase ese verso, ¿bastaría?
Tal vez no. Su verdad, ¿sería tanta
como para crear un mundo, para darle
color nuevo a la noche y a la luna
un anillo de fuego, y unos ojos
y un alma a Galatea, y unos mares
de nieve a los desiertos? Sé que no.



De mi amigo Felipe Benítez Reyes

El símbolo de toda nuestra vida



Hay noches que debieran ser la vida.
Intensas largas noches irreales
con el sabor amargo de lo efímero
y el sabor venenoso del pecado
-como si fuésemos más jóvenes
y aún nos fuese dado malgastar
virtud, dinero y tiempo impunemente.

Debieran ser la vida,
el símbolo de toda nuestra vida,
la memoria dorada de la juventud.
Y, como el despertar repentino de una vieja pasión,
que volviesen de nuevo aquellas noches
para herirnos de envidia
de todo cuanto fuimos y vivimos
y aún a veces nos tienta
con su procacidad.
Porque debieron ser la vida.

Y lo fueron tal vez, ya que el recuerdo
las salva y les concede el privilegio de fundirse
en una sola noche triunfal,
inolvidable, en la que el mundo
pareciera haber puesto
sus llamativas galas tentadoras
a los pies de nuestra altiva adolescencia.

Larga noche gentil, noche de nieve,
que la memoria te conserve como una gema cálida,
con brillo de bengalas de verbena,
en el cielo apagado en el que flotan
los ángeles muertos, los deseos adolescentes.

De "Los vanos mundos"
 



Luxe, calme et volupté.



Henri Matisse.

L'INVITATION AU VOYAGE.
Mon enfant, ma soeur,
Songe à la douceur
D'aller là-bas vivre ensemble!
Aimer à loisir,
Aimer et mourir
Au pays qui te ressemble!
Les soleils mouillés
De ces ciels brouillés
Pour mon esprit ont les charmes
Si mystérieux
De tes traîtres yeux,
Brillant à travers leurs larmes.

Là, tout n'est qu'ordre et beauté,
Luxe, calme et volupté.

Des meubles luisants,
Polis par les ans,
Décoreraient notre chambre;
Les plus rares fleurs
Mêlant leurs odeurs
Aux vagues senteurs de l'ambre,
Les riches plafonds,
Les miroirs profonds,
La splendeur orientale,
Tout y parlerait
A l'âme en secret
Sa douce langue natale.

Là, tout n'est qu'ordre et beauté,
Luxe, calme et volupté.

Vois sur ces canaux
Dormir ces vaisseaux
Dont l'humeur est vagabonde;
C'est pour assouvir
Ton moindre désir
Qu'ils viennent du bout du monde.
Les soleils couchants
Revêtent les champs,
Les canaux, la ville entière,
D'hyacinthe et d'or;
Le monde s'endort
Dans une chaude lumière.

Là, tout n'est qu'ordre et beauté,
Luxe, calme et volupté.
Boudelaire.





INVITACIÓN AL VIAJE

¡Mi niña, mi hermana,
piensa en la dulzura
de ir a vivir juntos, lejos!
¡Amar a placer,
amar y morir
en un país como tú!
Los mojados soles
en cielos nublados
de mi alma son el encanto,
cual tus misteriosos
ojitos traidores,
que a través del llanto brillan.

Todo allí es orden y belleza,
lujo, calma y voluptuosidad.

Muebles relucientes,
por la edad pulidos,
adornarían el cuarto;
las flores más raras
mezclando su aroma
al vago aroma del ámbar,
los techos preciados,
los hondos espejos,
el esplendor oriental,
todo allí hablaría
en secreto al alma
su dulce lengua natal.

Todo allí es orden y belleza,
lujo, clama y voluptuosidad.

Mira en los canales
dormir los navíos
cuyo humor es vagabundo;
para que tú colmes
tu menor deseo
desde el fin del mundo vienen.
Los soles ponientes
revisten los campos,
la ciudad y los canales,
de oro y de jacinto;
se adormece el mundo
en una cálida luz.

Todo allí es orden y belleza,
lujo, calma y voluptuosidad.

triangulos isósceles.

El abogado Arsenio Portales y la ex actriz Fanny Araluce llevaban doce apacibles años de casados. Desde el comienzo, él le había exigido a Fanny que dejara la escena. Al parecer, no era tan liberal como para tolerar que noche a noche su linda mujer fuera abrazada y besada por otros.

A ella le había costado mucho aceptar esa exigencia, que le parecía absurda, machista y carente de un mínimo sentido profesional. «Por otra parte», había agregado él como justificación a posteriori, «no creo que tengas las imprescindibles condiciones para triunfar en teatro. Sos demasiado transparente.
En cada uno de tus personajes siempre estás vos, precisamente allí donde debería de estar el personaje. Demasiado transparente. El verdadero actor debe ser opaco como ser humano;
sólo así podrá ser otro, convertirse en otro. Por más que te vistas de Ofelia, Electra o Mariana Pineda, siempre serás Fanny Araluce. No niego que tengas un temperamento artístico, pero deberías encauzarlo más bien hacia la pintura o las letras. Es decir, hacia la práctica de un arte en el que la transparencia constituya una virtud y no un defecto». Fanny lo dejaba exponer su teoría, pero en realidad él nunca la había convencido. Si había renunciado a ser actriz, era por amor. Él no lo entendía ni lo valoraba así. Sin embargo, en la vida cotidiana, privada, Fanny era ordenada, sobria, casi una perfecta ama de casa.

Probablemente demasiado perfecta para el doctor Portales. En los últimos dos años, el abogado había mantenido otra relación, tan clandestina como estable, con una mujer apasionada, carnal, contradictoria, y, por si todo eso fuera poco, particularmente atractiva.

Como lugar adecuado para esos encuentros, Portales alquiló un apartamento a sólo ocho cuadras de su casa. Había sido minucioso en la organización de su cándido pretexto: por borrosos motivos profesionales debía viajar semanalmente a Buenos Aires. Como sólo estaba ausente las noches de los martes, le recomendaba a Fanny que no le telefoneara, pero, por si las moscas, le había dado el teléfono de un colega porteño, que tenía instrucciones precisas: «¿Arsenio? Fue a una reunión que creo se va a prolongar hasta muy tarde.» Fanny nunca llamó.

Ella, que conocía como nadie las necesidades y manías de su marido, se encargaba de aprontarle el pequeño maletín y le llamaba el taxi. Portales se bajaba ocho cuadras más allá, subía al apartamento clandestino, se ponía cómodo, aprontaba los tragos, encendía el televisor; a la espera de Raquel, que, como también era casada, debía aguardar a que su marido emprendiera su inspección semanal a la estancia. En realidad, si se veían los martes había sido por complacer a Raquel, pues ése era el día que el hacendado había elegido para atender sus campos. «Y para dejarnos el campo libre», bromeaba Arsenio.

Cuando por fin llegaba Raquel, cenaban en casa, ya que no podían arriesgarse a que los vieran juntos en un cine o en un restaurante. Luego hacían el amor de una manera traviesa, juvenil, alegre, casi como si fueran dos adolescentes. Cada martes Portales se sentía revivir. Cada miércoles le costaba un poco regresar a las buenas costumbres del hogar lícito, genuino, sistemático.

Para la vuelta, no sabía bien por qué, exageraba las precauciones. Llamaba un taxi, hacía que lo dejara en el aeropuerto de Carrasco; después de un rato, tomaba otro taxi para regresar a su casa. Dentro de esa rutina, Fanny cumplía con interesarse en cómo le había ido, y entonces él inventaba con esmero los pormenores de las aburridas sesiones de trabajo con sus clientes bonaerenses, dejando siempre constancia, eso sí, de los bueno que era estar de vuelta en casa.

Llegó por fin el martes en que se cumplían dos años de la furtiva y estimulante relación con Raquel, y Portales consiguió un collar de pequeños mosaicos florentinos. se lo había hecho traer desde Italia por un cliente, éste sí verdadero, que le debía algunos favores. Instalado en su lindo y confortable bulín, Portales puso el champán en la heladera, aprontó las copas, se acomodó en la mecedora, y se puso a esperar, más impaciente que otras veces, a Raquel.

Ésta llegó más tarde que de costumbre. Su demora estaba justificada, ya que también ella, en vista del aniversario subrepticio, había ido a comprar su regalito: una corbata de seda, con franjas azules sobre fondo gris. Fue entonces cuando Arsenio Portales le dio el estuche con el collar. A ella le encantó. «Voy un momento al baño, así veo cómo me queda», dijo, y como anticipo de otros atributos, lo besó con ternura y calidez. Como era natural, él consideró ese beso como un presagio de una noche gloriosa.

Sin embargo, Raquel demoraba en el baño y él empezó a inquietarse. Se levantó, se arrimó a la puerta cerrada y preguntó: «¿Qué tal? ¿Te sentís bien?» «Estupendamente bien», dijo ella. «Enseguida estoy contigo.»

Ya sin preocupación, aunque igualmente ansioso por la expectativa, Portales volvió a sentarse en la mecedora. Cinco minutos después la puerta del baño se abría, mas, para sorpresa del hombre a la espera, no para dar paso a Raquel sino a Fanny Araluce, su mujer, que lucía el collar florentino.

Portales, estupefacto, sólo atinó a exclamar: «¡Fanny! ¿Qué hacés aquí?» «¿Aquí?», subrayó ella. «Pues, lo de todos los martes, querido. Venir a verte, acostarme contigo, quererte y ser querida.» Y como Arsenio seguía con la boca abierta, Fanny agregó: «Arsenio, soy Fanny y también Raquel. En casa soy tu mujer, Fanny A. de Portales, pero aquí soy la ex actriz Fanny Araluce. O sea que en casa soy transparente y aquí soy opaca, ayudada por el maquillaje, las pelucas y un buen libreto, claro.»

«Raquel», balbuceó Arsenio Portales.

«Sí: Raquel. ¿Te das cuenta? Me has traicionado conmigo misma. Ahora, tras dos años de vida doble, tenés que elegir. O te divorciás de mí, o te casás conmigo. No estoy dispuesta a seguir tolerando esta ambigüedad. Y algo más: después de este éxito dramático, después de dos años con esta obra en cartel, te anuncio solemnemente que vuelvo al teatro.»

«Tu voz», murmuró Arsenio. «Algo extraño había en tu voz. Pero ni siquiera el color de tus ojos es el mismo.»

«Claro que no. ¿Para que existen las lentes de contacto verdes? Siempre te oí decir que te encandilaban las morochas de ojos verdes.»

«Tu piel. Tu piel tampoco era la misma»

«Ah no, querido, lamento decepcionarte. Aquí y allá mi piel siempre ha sido la misma. Sólo tus manos eran otras. Tus manos me inventaban otra piel. Al fin de cuentas, ni yo misma sé ahora cuál es mi piel verdadera: si la de Fanny o la de Raquel. Tus manos tienen la palabra.»

Portales cerró los puños, más desorientado que furioso, más abatido que iracundo.

«Me has engañado», dijo con voz ronca.

«Por supuesto», dijo Fanny/Raquel.



Benedetti.