martes, 5 de julio de 2011

Me anima ir a aeropuertos vestido de piloto, y cuando veo a una pareja con maletas dispuestos a embarcar les pregunto: “¿A qué vuelo vais?” Y cuando me lo dicen pongo cara de preocupación y digo: “Ufff, vaya…”

Me anima dejar en medio de una calle un papel en el que pone: “he tirado un boomerang pero me he tenido que ir antes de que volviera. Quédate y cógelo, no vaya a ser que le haga daño a alguien”. Esto me gusta especialmente porque luego me quedo a observar como quien lee el papel está superalerta en todas las direcciones durante 10 minutos.

Me anima ir a tiendas de cosas caras y salir sin comprar nada, pero intentando parecer lo más sospechoso posible.

Me anima la psicología invertida. Pero a tu amigo fijo que no, ni intentes animarlo con eso porque no le molará. Es que seguro que ni lo intentas, seguro.

Me anima poner cada día una nota de “te quiero” en la basura, para desconcertar al basurero, porque no sabe si soy su admirador secreto, o alguien que nunca se atreve a serlo con otro.

Me anima entrar en floristerías que tienen dependientas guapas y pedirles que me hagan el ramo más grande que tengan. Cuando me lo hacen y me dicen el precio les digo: “No pienso pagarlo, porque son para ti”


Álvao Carmona.

No hay comentarios:

Publicar un comentario